“El objetivo de Quantum Spain no es competir con otros computadores cuánticos en número de cúbits. Queremos calidad antes que cantidad. Este es un proyecto realista que apuesta por tener un ordenador cuántico potente, pero no a costa de sacrificar aquellas propiedades cuánticas que lo hacen especial”, explica Alba Cervera, coordinadora de Quantum Spain.
“El objetivo es tener un dispositivo funcional y de calidad, que sea útil y que pueda utilizarse para resolver problemas reales en el futuro próximo. Queremos que sirva para que España desarrolle algoritmos propios, que se fomente su uso transversal tanto para investigación como para empresas y que forme a los futuros usuarios y usuarias de esta tecnología”, añade Cervera, doctora en computación cuántica.
España no alcanzará las cifras de los líderes en este campo, pero también ha comprometido mucho menos dinero en el proyecto. EEUU gastará 29.000 millones de dólares 2022 a 2026, mientras que se calcula que la inversión de China, que no ha hecho públicas las cifras, es similar. En comparación, los 10 millones que empleará el BSC en adquirir su primer computador cuántico (8,2 millones antes de impuestos) forman parte de una partida de 22 millones de euros con la que se financia el proyecto Quantum Spain. La cifra es ampliable a 60 millones en los próximos tres años, cubiertos en su totalidad por fondos europeos.
Chip a chip
El BSC ha previsto que el computador cuántico español se construya chip a chip, a instalar cada seis meses hasta completar un mínimo de siete chips. El primer chip deberá tener al menos 2 cúbits y ser entregado en diciembre de 2022.
A partir de ahí, el pliego de condiciones técnicas exige que cada nuevo chip instalado mejore el anterior, y que el número de cúbits se doble cada dos generaciones. Antes de eso, la empresa que gane el concurso deberá instalar el propio ordenador cuántico en el recinto del BSC, una antigua capilla de Barcelona que compartirá con el supercomputador español MareNostrum.
La pieza principal y más característica de los ordenadores cuánticos es su refrigerador de dilución, un sistema basado en helio que alcanza temperaturas mucho más bajas que el enfriamiento por agua. Es tan llamativo que el BSC ha introducido como requisito deseable “la entrega de un refrigerador de dilución para su muestra al público y su exposición, sin que este tenga que ser funcional ni cumplir con ninguna especificidad respecto al tamaño”.
Código abierto y Linux
Para el software del ordenador, el BSC ha exigido que este sea de código abierto. Tanto en el apartado de programación como en el de acceso e interacción con él. “Se deberá proveer contacto directo al BSC con los desarrolladores de dicho software de programación. Deberá servir para resolver dudas como para poder hacer peticiones de modificación del código de la herramienta”, pide el centro.
“El sistema operativo deberá ser Linux, todos los componentes deberán llevar la misma versión de sistema operativo”, añade el BSC.
Este es uno de los requisitos que podría echar para atrás a empresas como Google o IBM, cuyos desarrollos se basan en software privativo. Su modelo de negocio con esta tecnología es alquilar potencia de cálculo de manera remota a investigadores y empresas que requieran el uso de computadores cuánticos para sus experimentos o nuevos desarrollos. Microsoft, otra de los líderes del sector, estaría en la misma situación.
Con Información de el Diario.
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